El proyecto piloto de utilización del biocarburante líquido se pone hoy en marcha en una de las líneas más usadas y con uno de los trayectos más largos.
La línea urbana número 4 (Infante, La Flota, Santa María de Gracia y Gran Vía) es desde hoy la línea más ecológica de Murcia, dejando de emitir 13,4 toneladas de CO2 al año. Se pone así en marcha el proyecto piloto de utilización del biodiésel (B-10) en el transporte público, enmarcado dentro del proyecto europeo Bio-Nett.
En su periodo inicial, serán tres los vehículos que empleen el biocombustible líquido en una de las líneas urbanas más usadas (320.000 pasajeros al año) y con uno de los trayectos más largos (135.000 kilómetros al año), ya que transcurre por El Carmen, Infante Don Juan Manuel, Primero de Mayo, Vistabella, La Paz, La Flota, Santa María de Gracia y Gran Vía. El consumo actual de combustible es de 60.750 litros de gasoil al año.
Esta puesta en marcha significa, sin lugar a duda, una revolución en la apuesta de las administraciones por contribuir a la preservación del medio ambiente, mediante el empleo de las energías renovables. Se cumple así otra de las medidas que forman parte de la Estrategia Local contra el Cambio Climático, puesto que se incluía la renovación progresiva de la flota de autobuses por vehículos de baja emisión de contaminantes o uso de bio-combustibles.
La puesta en marcha de este proyecto piloto es fruto de un convenio suscrito entre el Ayuntamiento de Murcia, a través de la Agencia Local de Energía y Cambio Climático (ALEM), las concejalías de Medio Ambiente y Transporte, dirigidas por Adela Martínez-Cachá y Antonio Castillo, respectivamente, y la Agencia de Gestión de Energía de la Región de Murcia (ARGEM), presidida por el Consejero de Desarrollo Sostenible y Ordenación del Territorio, Benito Mercader.
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